Descubre la evolución del lavamano: de la historia a la modernidad
Descubre la evolución del lavamano: de la historia a la modernidad
El lavamano, parte importante del cuarto de baño de toda vivienda, es utilizado para el aseo personal diario, los hay de varias formas, colores, tamaños y materiales que se adaptan al diseño y gustos de las personas, poco se sabe de su historia y evolución.
En la Edad Media uno de los ritos religiosos era que el sacerdote, antes de realizar sus acciones propias de la iglesia, se lavara las manos en piletas o cuencos llenos de agua que existían en esas edificaciones. Mientras realizaba ese proceso rezaba “ lavamano inter inocentes manus meas”. La palabra lavabo significa lavaré…
Con el paso de los años, el concepto de lavarse que se usaba solo en la iglesia, se extendió a las casas para formar parte de la higiene diaria de las familias de ese entonces. Se adaptaron y construyeron trípodes o bases para sostener unos cuencos donde a diario se ponía el agua para lavar la cara y las manos, y luego se la desechaba hacia las tierras aledañas.
Como todo evoluciona, cambia y mejora, las sociedades se fueron adaptando y aparecieron los cuencos con tapones, para facilitar la evacuación del agua. Con la llegada del agua corriente a las casas y el nacimiento y aparición de la fontanería comenzó a tener forma el lavabo que se lo conoce hasta ahora. Con esos avances se logró que los lavabos sean objetos fijos, adosados a una pared, con el fluido directo de agua y la evacuación de la misma hacia las cañerías.
Con el paso de los años, los lavamanos siguen siendo los recipientes en los que se acumula agua para la higiene personal, pero si han sido construidos con diferentes materiales, tamaños, formas y colores.
Uno de esos materiales es la piedra, material natural muy resistente al tiempo, a la humedad, a temperaturas altas. Dependiendo del modelo se le puede dar un acabado más sofisticado, rústico, elegante y natural.